En nuestro anterior
artículo, pudísteis comprobar que el
horno de Jorcas está en obras para mantenerlo en
buen estado.
Tal y como en aquel artículo
os decíamos, el ingeniero encargado
de proyectar las obras decidió que las puertas
debían ser sustituidas por otras nuevas. Hasta
aquí parece razonable el estar de acuerdo con su decisión,
puesto que, ya que el horno va a recibir un "lifting",
¿qué mejor que dotarlo de una puerta que aisle
del frío del exterior y ofrezca además seguridad?
El problema (entendemos los miembros de la
Comi) es que tuvo la desafortunada
idea de que se le debían extraer los
clavos de forja tan majos que tiene para
implantárselos a la nueva para darle aspecto
de vieja, lo cual supondría la destrucción
total de esta antigua puerta.
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La puerta centenaria del
horno de Jorcas |
La tasca en obras |
Por supuesto que estamos convencidos
de que este caballero, de buena fe, creyó que era la
opción correcta y que no valía la pena conservar
una puerta vieja y maltrecha... pero nosotros entendemos que
se hubiese tratado de un verdadero atentado contra
el tristemente pobre patrimonio de Jorcas. Esa puerta
tiene más de una centuria y por ella cruzaron durante
muchos años nuestros antepasados. Si bien resultaría
muy cara su restauración por manos de profesionales,
contamos con buenos amigos que de buen grado nos ayudarán,
por lo menos, a conseguir que no se eche a perder
más de lo que ya está. Parece ser que
cuando fue dividida en dos hojas sufrió mucho, y eso
se nota en cómo tiembla cuando se abre.
Ya se llevó más de uno
las manos a la cabeza cuando en las obras de hace tres o cuatro
años se echaron a perder las antiguas y valiosiosas
tejas de la tasca. Así que, cuando
la Comisión tuvo constancia
de este proyecto, se asesoró por entendidos
en patrimonio cultural y nos aseguraron que realmente
valía la pena conservarla. Destacamos y agradecemos
el interés mostrado por nuestra zoquera Lucía
Pérez y por el director de la delegación
de cultura del Consejo
de Europa, don José
María Ballester.
Acto seguido nos pusimos en contacto
con Román, alcalde de Jorcas, y le
hicimos la propuesta de conservar íntegramente la puerta
y no desmontarla. Román aceptó sin problemas.
De esta forma evitamos que este elemento de nuestro patrimonio
fuera literalmente destrozado para decorar -
citamos palabras textuales de José María
Ballester - con falsedad histórica
una puerta nueva.
Aprovechamos (¿por
qué no?) este artículo para invitar a
algún zoquero generoso a sufragar los gastos de la
rehabilitación de esta pieza. Nuestras manos podrán
evitar que se malogre más aún, pero las de artesanos
profesionales harían maravillas con ella! ¡Ahí
queda la propuesta!
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