Fiestas de San Pedro Mártir 2008

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¿Cómo estás, amig@?

Hace tiempo que no añadíamos relatos de nuestras fiestas a la web y había que arreglarlo. El fin de semana pasado fueron las fiestas de San Pedro en Jorcas, ¿cómo? ¿que no estuviste? ¿te lo perdiste? es una pena, pues como siempre fueron muy intensas. Pero no pasa nada, que aquí estamos para contártelo.

Sábado (3 de Mayo de 2008) alrededor de las 9 de la mañana ya estábamos echando bandos desde el ayuntamiento dando la bienvenida a las fiestas y convocando a aquéllos que quisieran ayudar. Afortunadamente, aunque siempre hay muchas cosas por hacer, también hay muchas manos con ganas de colaborar. Unos se dedicaron a preparar la comida, cuatro fabulosas paellas, y a montar las mesas. Otros cogimos una azada y salimos rumbo a La Cordillera a plantar pinos.

Plantada de árboles Pulsa sobre la imagen

Semanas antes ya se habían plantado un buen montón de árboles, fundamentalmente pino negro, aunque también se plantaron algunos olivos y algo más. Los primeros momentos fueron para reconocer el terreno y comprobar que los árboles plantados con anterioridad seguían adelante. La nevada posterior a esa última plantada les dio mucha vida, bendita agua.

Permitidme una mirada atrás. Y es que meses antes Pepe (el de Puri, sí) tuvo la idea de realizar unas tareas de reforestación en la villa. Escribió un proyecto, consiguió una subvención y con el apoyo del ayuntamiento, la Comisión de Fiestas y tantos zoqueros voluntariosos lo tiró adelante. Sólo hay una cosa mejor que saber hacer las cosas ... y es querer hacerlas.

Volviendo a San Pedro, a los minutos de aterrizar en La Cordillera ya comenzamos a trabajar. Básicamente Pepe y Vidal fueron los que coordinaron la plantada. El terreno había sido previamente arado, así que ellos iban situando los pinos ya crecidicos manteniendo entre ellos unas distancias prudenciales y nos dieron al resto instrucciones básicas sobre cómo plantarlos con las mejores condiciones.

Y fuimos plantando, pero el caso es que ni nos dábamos cuenta y poco a poco fue viniendo más gente y más gente, todos a ayudar, pues ese día en Jorcas tocaba trabajar. Cuando levanté la cabeza y me giré vi que había más de 50 personas doblando el lomo ... y para un pueblo en el que viviran en estas fechas poco más de 20 personas eso es una gran multitud. Allí se juntaron varias generaciones, padres, abuelos y nietos. Seguro que más de un zagal recordará aquella plantada para el resto de sus días. Ésta es una de aquellas cosas que al que subscribe nunca dejará de sorprenderle y darle fuerzas. Tener fe en las personas a veces tiene sus recompensas.

Pero no nos conformamos con plantar en una mañana unos 900 árboles (básicamente pino negro, autóctono), cerca de 2 hectáreas, sino que además los regamos. Román fue a buscar una cuba y nos pusimos a regar. Como la manguera no enganchaba bien cogimos unos cubos y en paralelo fuimos regando a mano. El agua se escapaba por las juntas y ¡no se podía permitir!.

Y allí pasamos la mañana, acabamos sobre las dos de la tarde, ya teníamos el cogote bien colorado. Acabamos justo para volver a Jorcas y acudir a la nave, donde ya nos esperaban las cuatro paellas listas para ser devoradas.

La paella estaba tan buena como siempre y los 160 zoqueros que allí nos juntamos práctivamente nos las ventilamos, sólo quedaron (literalmente) cuatro raciones, que sólo resistieron hasta la noche.

Paella para 160 Pulsa sobre la imagen

Y después de comer toca fregar. Esos y esas que nunca pegan ni chapa siguieron sin pegar ni chapa, no fuera que se les cayeran los anillos. Los que siempre colaboran, arrimaron el hombro. Jornadas como ésta te dan unas infalibles baras de medir para apreciar la valía de tus amigos. Pero en un pueblo como Jorcas hay sitio para todos. El caso es que en unos minutos se recogieron todas las mesas y sillas y en un santiamén se fregaron las paellas.

Y ya que estábamos... pues por la tarde plantamos unos enebros Pulsa sobre la imagen

Por la tarde la discomóvil Eclipse nos puso unos pasodobles y padres y abuelos se pegaron unos bailes. Mientras, Pepe, Vidal y un servidor nos fuimos a plantar enebros al Castillo. Pepe recogió semillas de enebro el verano pasado y las preparó por si había un ratico para plantarlas ... y lo encontramos. Vidal se dio tres viajes nada menos a por sendas garrafas de agua y los dejamos bien regados. Si todo va bien y estos días traen lluvia quizás podrían llegar a salir más de 20 enebros alrededor del depósito del Castillo. ¡Ojalá!

Tregua y cena Pulsa sobre la imagen

Por la noche hubo diversas cenas por la villa. Los de El trillo se trincaron un fantástico cordero, menudos son. Los de la Comisión improvisaron una cena en la tasca y por la cochera de Parras también parece que no se conformaron con la paella de medio día.

Y tras la cena: ¡Festival! Nos volvimos a juntar en la nave multi-usos, con la música de la discomóvil Eclipse nos tomamos unas copas y echamos unas risas y unos bailes. Desde luego, nos lo sabemos montar bien.

¡Festivaaaaal! Pulsa sobre la imagen

Otro día más. ¡Seguid así, majetes!

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Un amigo

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