Colaboración con la Web de Jorcas
Texto sobre Jorcas, mi pueblo.
En la provincia de Teruel, cerca de la Sierra
de Gudar, se encuentra Jorcas. Un pueblo que fue llamado villa,
y que actualmente es uno de esos pueblos de la España del
interior y del Aragón que va perdiendo su población
a marchas forzadas. Históricamente fue un asentamiento íbero,
se dice que en el punto más alto, la Muela, todavía
quedan restos de sus viviendas, pero no sabemos si ha sido estudiado
o no.
Posteriormente los árabes estuvieron
"gozando" del clima de montaña, y edificaron un
castillo, del que mi madre recuerda restos de cerámica, que
los muchachos utilizaban para perfeccionar su puntería, ignorantes
de su valor histórico. Se sabe que este castillo pasó
a manos de la diócesis de Zaragoza, de la que dependería.
Para los que no conozcan el pueblo no esperen un castillo, ni grande
ni pequeño. Lo que queda de castillo es el nombre de la Peña
del idem, en la que se construyó en los principios de los
años setenta un depósito de agua con el que evitar
las posibles sequías del verano. Yo prácticamente
lo he visto siempre y su silueta me es tan familiar, que en mi memoria
infantil casi veía aquel castillo del que mi madre me contaba
que vivieron los moros.
También el mismo nombre de este pueblo,
da que pensar, ¿significará horca? ¿Y esa plaza
del centro del pueblo, que permite la visibilidad tanto para un
espectáculo como para una ejecución? Y todavía
están presentes en la memoria de los mayores las consecuencias
de la guerra civil española. Bien, no juguemos a especulaciones
macabras, cuando mi pueblo tiene para mí una asociación
directa con mi infancia y mi adolescencia, de las que, tengo los
recuerdos más dulces.
Para adentrarse en Jorcas hay dos caminos,
uno por el norte que está marcado por la Ermita de Santa
Agueda, la patrona de las mujeres, que lleva a Camarillas, Aguilar
de la Alfambra , Aliaga.... Por el sur,el pairón de San Pedro
Martir que indica la entrada, cuya carretera comunica con Allepuz,
Villaroya de los Pinares, Gúdar... Ambos caminos están
unidos, y lo cruza el río Alfambra, un afluente del Turia,
llamado Guadalaviar hasta que se une con el río Magro, ¡qué
bellos nombres árabes, cultura para la cual el agua era lo
más importante!
La entrada al pueblo por cada camino es diferente,
y en mi recuerdo, entrar por un sitio u otro producía sensaciones
distintas; por Santa Agueda era menos misterioso, se veían
los campos de trigo a ambos lados, las Peñarroyas de perfil,
y el castillo (con el depósito-castillo) a la derecha, algunas
casas y los árboles que crecen a lo largo del río.
Por este camino en la mañana nunca encuentras a nadie, y
por su trazado más recto y fácil, en la tarde la gente
suele pasear a la fresca. La otra entrada que era la que más
usábamos para entrar cuando llegábamos en agosto,
sobre todo por la mañana temprano, era más fresca,
en curva y con altos y bajos, me emocionaba, y al entrar siempre
gritábamos, "ya estamos en Jorcas". A la derecha
quedaba la cueva La Umbría, que dicen que es una cueva enorme,
pero no conozco a nadie que haya entrado. Y luego a la izquierda
la fuente De Abajo, en la que siempre te encontrabas a alguien.
"... -Mira las vacas de Rafaela, y ella corriendo delgada,
ágil y "enfaenada "como siempre. Bajabas del coche
, saludabas y respirabas "¡ya estoy!". Y corrías
cuesta arriba hasta la replaceta y volvías a saludar y besar
a todo el mundo, porque el que más y el que menos es familia.
Las tías te besan y te abrazan, con todas sus fuerzas y su
cariño, como sólo tu madre te sabe abrazar y nunca
más encontrarás en el mundo mujeres que lo hagan con
tanta sinceridad y amor, y no olvidemos las preguntas de rigor.
Las casas la mayoría de piedra y vigas
de madera, pintadas de cal, con teja y las que tienen balcones con
forja de hierro. Discurren por calles angostas, porque el valle
entre la Pedriza y las Peñarroyas es estrecho y las casas
se adaptan a la geografía. Hay dos ermitas, la de Santa Agueda
y la de San José, la primera fuera del pueblo y la otra en
el otro extremo, casi al final del pueblo hacia el cementerio, dirección
al Hocinillo. Detrás de la Peña de la plaza Mayor
está la iglesia con un campanario que se ve desde cualquier
parte del pueblo, la fábrica arquitectónica interior
de la Iglesia es del siglo XVI. Fue restructurada en el siglo XVIII
la portada. Los restos de pintura interior y retablos desaparecieron
durante la Guerra Civil. Está dedicada a la Asunción
de la Virgen, no a la Inmaculada concepción, tal como lo
indica inconográficamente la talla del altar mayor
Mi pueblo como es pequeño, es
fácil y rápido de describir, pero llevarlo dentro
y quererlo se hace a lo largo de toda la vida, y cuando ahora lo
miro me apena pensar que poco a poco va menguando y que en un futuro
se quede, en este Teruel árido, aletargado en el tiempo y
que sus habitantes vayan desapareciendo, y ojalá no pase,
hasta que nadie cuente sus historias. No sé la solución
pero el tiempo hace que las cosas evolucionen lenta o rápidamente
y nosotros algunas veces aportamos algo pequeño que va creciendo,
no sé...
P.D.: Soy la persona que escribió
"Mi pueblo Jorcas" en el que describo como siento mi pueblo
desde el recuerdo de mi niñez, y me gustaría agradecer
a Lucia Pérez que me envió un e-mail, rectificando
un dato erróneo que me gustaría que se incluyese en
esta página; se trata de la Iglesia de Jorcas...
P.G.M. Barcelona a 6 de septiembre de 1998
Nota de la Comisión: Incluido queda! Lo
hemos intercalado en el texto, ahora está correcto. Gracias
pareja!
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