Colaboración con la Web de Jorcas
Jorcas: El hombre y su obra . Entre
la fantasía y la Historia.
Creo que al hombre le importa conocer en
la medida de lo posible a sus antepasados. Trataré pues de
hacer un pequeño esfuerzo para condensar en unas líneas,
bien con base histórico o supliendo la falta de historia
con un poco de imaginación, cuál ha podido ser el
devenir de los hombres que vivieron en lo que hoy es nuestro querido
pueblo, y para ello tengamos muy en cuenta qué güellas
nos dejaron, qué piedras quedaron que nos den testimonio
de su presencia y de sus acciones.
Los más antiguos vestigios de sus
obras o trabajos los tenemos en lo alto de la muela a 1486 metros
de altitud, allí se encuentran los restos de un poblado al
parecer del período ibérico; Aún se pueden
ver aquellas casetas semideruidas de piedra más o menos alineadas
y claro está todas ellas sin techumbre ya que las maderas
en que éstas supuestamente se sostenían han desaparecido
quedando solamente las muestras de las paredes. Nunca se han hecho
excavaciones para investigar si hay algún resto que demuestre
qué población pudo habitar ese núcleo que no
debío ser muy numeroso.
Por su situación geográfica
hay que deducir que dicha población debio dedicarse principalmente
a la caza y algo a la ganadería. Un aspecto a considerar
respecto a este poblado es la posibilidad de abastecerse de agua
ya que justo debajo se encuentran las fuentes Marihueso y Cerradilla,
en otros tiempos contaban con bastante caudal pero hoy debido a
las escasas nevadas y lluvias proporcionan muy poca agua.
Del origen del actual pueblo pocas noticias
conocemos si consideramos que los restos o ruinas llamadas castillo
aparentemente son de una pequeña construcción de carácter
militar de la época medieval, no quedando otros vestigios
más antiguos o tal vez si los hubiesen habido desaparecieron
eliminados por las construcciones posteriores. Así pues podemos
aventurar varias suposiciones; Que inicialmente hubiera aquí
a la vez otro poblado ibérico de características parecidas
al de la muela al cual absorvió después, o que el
poblado de la muela fué abandonado y su población
creó un nuevo poblado en'el actual emplazamiento. De una
u otra forma es evidente que el lugar geográfico elegido
para el definitivo asentamiento era mucho mejor que la desabrigada
muela expuesta a todas la inclemencias y además cumplía
muy bien con las necesidades de aquella gente. Un lugar más
resguardado de los vientos del Norte por las Peñas Royas
y bien soleado próximo a la Vega y a los ríos del
Regajo y el Alfambra donde podían ampliar sus crecientes
actividades agrícolas y ganaderas, buen cruce de caminos
y además con manantiales de agua permanente como el Gamellón
que es una obra de arte de piedra tallada y la fuenta baja necesarias
para personas y para la ganadería.
No hay que yo sepa huellas ni vestigios de
los períodos hispanorromanos y visigodos, es de suponer que
estos pequeños poblados ibéricos estarían en
contacto con las ciudades más cercanas Sagunto y Zaragoza,
donde se imponían formas de vida y leyes. Seguramente entonces
se introduciría el famoso arado romano que tras las mejoras
ha llegado hasta nosotros. El Castillo que en la actualidad solamente
queda un muro pegado a unas rocas que domina el caserío,
consta su existencia del siglo XII. Por otro lado tenemos la Iglesia
parroquial de Nuestra Señora de la Asunción que es
gótica renacentista del Siglo XIV. La Ermita de Santa Agueda
es una obra barroca de mampostería y cantería del
1748 y restaurada en 1963.
El Ayuntamiento edificio de dos plantas y
doble vertiente, lonja de tres arcos sobre columnas cilíndricas
en una ventana consta la fecha del 1797 y restaurado hace muy pocos
años. También tenemos varias casas particulares que
merecen considerarse como históricas por sus puertas y ventanas
con lonjas de arcos y escudos de piedra tallada, algunas conservando
la inscripción del siglo XVII_. Igualmente se construyeron
algunos Peirones hornacitas situados a la salida de los caminos
que comunican Jorcas con los pueblos vecinos. Peiron de Loras en
el camino de Villarroya, de sillería y piedra tallada. El
de la Virgen del Pilar de piedra cilíndrica restaurado en
el 1950.
San Pedro Mártir en el camino del
molino, cruce con la carretera de Allepuz. San Antonio que se encontraba
a la salida del pueblo camino de Santa Agueda. El de las Almas en
la fuente baja en la actualidad recibe el nombre de San Isidro labrador
restaurado en 1956. Todos fueron construidos con piedra en sillería
tallada resultando monumentos muy hermosos merecedores de haber
sido conservados, sin embargo en la actualidad sólo se conserva
de origen el de Loras. Corresponde mencionar también el molino
pues aunque la fecha de su construcción no esta determinada
creo que sería en la época en que el pueblo empezó
a tener un mayor desarrollo.
La abundancia de agua de nuestros ríos
permitía la existencia del molino y regar la extensa huerta
que existía. Pero dentro del contexto de este escrito se
debe hacer mención y alabanza de que se hayan restaurado
y consolidado los edificios públicos monumentales que se
han citado, como la Iglesia, el Ayuntamiento, Santa Agueda y algunos
Peirones.
Confiemos que esta labor de conservación
de edificios antiguos, tanto públicos como privados, continúe
procurando que conserven su estilo y materiales originales que tanto
atractivo dan a nuestras calles. Jorcas por su situación
pintoresca en la ladera de las Peñas Royas, el Picarezo con
su Cruz, su Cerro de la Horca, por la antigüedad y arquitectura
de alguna de sus calles y edificios y por su panorámica de
su Castillo en ruinas y el peñasco de la plaza, es digno
de ser visitado. Pero además muchas cosas hemos de agradecer
a su naturaleza y de todas ellas unas no quiero olvidar. Me refiero
a sus admirables Fuentes, Ríos y rieras.
Creo que mantener sus entornos limpios, sus
aguas cristalinas, sus rieras libres de basuras es lo menos que
podemos hacer como testimonio de dicho agradecimiento. Y para finalizar
esperemos que los jóvenes sean seguidores de los que tanto
han luchado por el pueblo y con mayor ilusión si cabe continúen
haciendo en el futuro una labor que sea favorable para todos.
Fermín Villarroya Villarroya (Barcelona, 1998)
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